En este punto es cuando me parece que cobra importancia el concepto del desempeño auténtico sugerido por Ordóñez (2004) quien reunió los conceptos de diferentes autores para sintetizarlo en este término. Estos desempeños son otra aproximación pedagógica para propiciar una comprensión más real del objeto de conocimiento.
Al leer sobre el aprendizaje basado en problemas, muchos autores dan opiniones muy positivas al erspecto, ya que se plantea un problema lo más parecido a la realidad, y los estudiantes deben intentar solucionarlo. Para muchos esta es una actividad muy auténtica porque dicen acercar al estudiante a problemas reales y preparalos para cuando se enfrenten a la vida real. Sin embargo, también hay autores que puede criticarlo y personalmente esta metodología, al igual que casi todas las demás no dejan de tener su aire ficticio e irreal.
A pesar del auge del PBL, por sí solo podría no resultar una estrategia tan efectiva en la medida en puede alejarse de las situaciones reales, por lo que hay quienes lo critican por su naturaleza descontextualizada. Este es el caso de Penwick y Parsons (1997) quienes, luego de hacer una revisión bibliográfica y analizar experiencias de clases, critican el PBL. Según estos autores, los problemas reales están inmersos dentro de una serie de fenómenos marcados por los contextos social, cultural y personal, fenómenos que influyen en la toma de decisiones y que no pueden ser reproducidos en un salón de clase. Por lo tanto, ante la mirada de estos autores, basar el aprendizaje de una disciplina únicamente en PBL para preparar a los estudiantes para los problemas de la vida real, pensando que los problemas simulados en el aula son una réplica exacta de los que un profesional se encuentra en la realidad, sería un despropósito.
Claro que si me pongo a analizarlo, casi todas las cosas que se ocurren en el aula de clases están alejadas de los contextos reales; de por sí el aula de clases es una cárcel que aisla a los estudiantes del contacto con "el mundo exterior". Desde que el estudiante pone un pie en el colegio o universidad está entrando en la dimensión desconocida. Desde ese momento entra en la atmósfera de lo irreal. Y sólo cuando se gradúa del último grado del colegio o sale profesional y entra a trabajar en proyectos reales es cuando aterriza y se da cuenta de la brecha que hay entre el sistema educativo en el que estuvo y la vida real.
Aunque sé que para algunos esos ambientes escolarizados también hacen parte de la vida real, de todas formas quiero hacer énfasis en que ese contraste entre lo que se supone que es el mundo en el sistema escolarizado y lo que verdaderamente es, genera una diferencia que hace pensar que uno vivió una realidad distinta mientras estudiaba que la que tiene que vivir fuera de la escuela. Y no por ser contextos y lugares distintos sino porque no están articulados debidamente.
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